Enfermedades más comunes en los hámsters
Es importante conocer ciertas cosas antes de adquirir un hámster,
especialmente las enfermedades y las conductas que pueden llegar a
desarrollar estos preciosos animalitos.
En primer lugar, debemos saber que los hámsters, en cautiverio, son
propensos a ser relativamente agresivos entre ellos (especialmente las
hembras) por lo que es bueno mantener a cada uno de ellos en jaulas
separadas. A menudo, por estrés y falta de una alimentación completa, se
puede llegar a dar casos extremos como el canibalismo.
Igualmente, hay que tener un especial cuidado con el pelaje ya que es
el lugar donde les atacarán los ácaros, por lo que hay que mantener una
rutina de cuidado especial, tanto de baño como de cepillado. Es
importante tener en cuenta el pelaje del hámster ya que será en él donde
se manifiesten los primeros síntomas de falta de vitaminas.
Sin embargo, lo más corriente que puede llegar a afectar a nuestro
hámster será el resfriado, exactamente igual que nos puede pasar a
nosotros. Por eso, hay que tener cuidado en que no esté mojado durante
mucho tiempo ni dejarlo en corrientes de aire o en un lugar donde le dé
directamente el aire de un ventilador o de un aparato de aire
acondicionado. Los síntomas de estos resfriados son: moqueo, estornudos,
fiebre e, incluso, neumonía.
Hemos de vigilar la boca del hámster ya que sus dientes son muy
delicados y propensos a las caries, en el caso de que se formaran dichas
caries habría que extirpar el diente. Además, pueden llegar a crecerles
desmesuradamente los incisivos si no tenemos un objeto especial que
pueda mordisquear.
Algunas otras enfermedades problemáticas pueden ser la diarrea, muy
grave en los hámsters pudiendo acabar siendo una enfermedad mortal,
suele ser detectada al verle la colita húmeda y manchada (colibacilosis)
y problemas de riñón (amiloidosis).
A menudo, al ser un animal tan pequeño y gracioso, no tenemos en
cuenta muchos de los problemas que pueden llegar a tener, ni tampoco de
los cuidados que debemos ofrecerles a estos pequeños roedores. Muchas de
estas enfermedades se pueden evitar con un hábito de cuidado e higiene
y, aunque en otras ocasiones no es posible evitarlo, hemos de estar
informados y alertas para detectar estas enfermedades y actuar en
consecuencia.
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