jueves, 27 de junio de 2013

MI PERRO NO PUEDE ORINAR

Si convives con alguna mascota seguramente ya conozcas sus hábitos, sepas entender sus reacciones y puedas identificar cualquier indicio de incomodidad o malestar en el animal. Como no es fácil enfrentar esas circunstancias inevitables que se desarrollan a partir de la aparición de síntomas que evidencian enfermedades o problemas varios, en esta oportunidad hemos decidido hacer referencia a un posible inconveniente que puede presentarse durante la vida de un perro a fin de proporcionarles información relevante y consejos que les permitan actuar de manera responsable, sin que la preocupación o el miedo entorpezcan sus acciones.
Tal como lo adelanta el título de este artículo, en esta ocasión el foco está puesto en las eventuales dificultades o incapacidades de un can para orinar, un obstáculo que de no ser tratado y revertido en tiempo y forma puede llegar a provocar la muerte del afectado.
A veces, por citar un caso que se repite con frecuencia, por cuestiones de adiestramiento los perros evitan de cualquier forma orinar en el interior de su hogar y esperan ansiosos que su amo los lleve de paseo para poder hacer sus necesidades en ese trayecto. Aunque esa actitud puede ser considerada por nosotros una muestra de respeto y educación, debemos saber que todo tiene un límite y que esa enseñanza puede volverse perjudicial.
Apenas llega a nuestra vida, todo can debe gozar de cuidados y atenciones varias para mantenerse saludable y en óptimas condiciones generales. Si no podemos garantizar varios paseos diarios por día a fin de que aproveche esos momentos para hacer sus necesidades fisiológicas, entonces no le prohibamos orinar y/o defecar en el hogar. Si cuando esto ocurre reaccionamos con agresividad y lo castigamos pero, aún así, seguimos sin llevarlo a un parque o un espacio adecuado, lo único que conseguiremos es un hábito negativo que sólo provocará problemas, enfermedades y hasta su muerte.
Asimismo, es fundamental que le proporcionemos buenas dosis de agua a diario para que su organismo pueda eliminar de manera natural todos los desechos y mantener el cuerpo equilibrado y limpio de sustancias tóxicas.
Claro que también pueden darse cuadros que marquen una alteración ya sea de los niveles o características de la orina o bien que obliguen a someter al perro a un exhaustivo exámen a fin de descubrir las causas de su incapacidad para orinar.
Cuando los riñones no funcionan con normalidad, se desarrolla una infección o existen cálculos renales o incluso tumores, surge lo que se conoce como anuria, un inconveniente que no debemos pasar por alto ni minimizar bajo ninguna circunstancia. Si notas que tu compañero canino no expulsa orina por largos periodos, no confíes en esperar un poco más de tiempo con la ilusión de que sea sólo un evento pasajero que se revertirá solo: consulta urgente con el veterinario, el único que está en condiciones de evaluar el panorama, llevar a cabo las prácticas necesarias y aconsejar qué tratamiento seguir para corregir esta anormalidad. Si el cuadro no es extremadamente grave, tal vez con medicación y procedimientos adecuados podamos lograr la cura completa; de lo contrario, con atención veterinaria podremos ofrecerle a nuestro amado compañero canino la mejor calidad de vida que esté a nuestro alcance para que el último tramo de su existencia sea lo menos traumático y doloroso posible.






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